
Camina hasta tu puerta, preguntándose como terminará la noche. Buscas torpemente las llaves de tu casa, enmarañadas entre el pintalabios, la cartera y el resto de tu monedero. Él se contonea ligeramente, nervioso por las circunstancias y te dice que lo ha pasado muy bien. Le sonríes dulcemente, has encontrado tus llaves y le miras sutilmente sus labios. Él se inclina, retirándote con delicadeza el pelo de las mejillas, y entonces ocurre- en un instante vuestros labios se encuentran-. Éste sería el final ansiado por la mayoría de las personas, pero nosotros sabemos que tras este beso, se esconde algo mas, es el paso previo a abrir las puertas de un mundo perceptivo, que conocemos bien, los azotes. Se puede haber azotado muchas veces, pero nunca es como la primera. En este encuentro se producen una cadena de acontecimientos que en un primer momento pueden ser emocionálmente trascendentales, gracias en buena medida a los cambios químicos y biológicos que ocurren en nuestros cuerpos. En el primer beso, las terminaciones nerviosas de los labios se vuelven mas sensibles. El estímulo causado por estas terminaciones transmiten señales muy poderosas al córtex cerebral para que liberen los

El resultado de este cóctel de neurotransmisores es un incremento del ritmo cardiaco, dilatación de las pupilas, elevación de los niveles de azúcar, y puesta en marcha de los mecanismos de liberación de grasas en respuesta a una situación de demanda energética. Además esto tiene un efecto realmente beneficioso para la spankee, pues el aumento del ritmo cardíaco y el efecto vasodilatador provocan una mayor perfusión e irrigación de los zonas erógenas, entre ellas las nalgas, que disminuyen el riesgo de moratones, así que con amor todo es mejor ;)
Además con la excitación derivada del momento, la estimulación del hipotálamo provoca la aparición de la gonadotropina, intensificando la producción de testosterona y estrógenos. A medida que el beso se intensifica, la excitación aumenta, el deseo de pasar a un terreno nuevo,, el anhelo de los azotes, hace que tu corazón bombée aun mas rápido si cabe. Cuando estamos en el auge del beso, aparece la oxitocina procedente del hipotálamo y segregada desde la pituitaria, cuya función es reducir el nivel de estrés e incrementar los sentimientos de conexión con la otra

Las endorfinas de las que profusamente hemos hablado en este blog a lo lago de varios artículos también actúan, así como las feromonas, detectadas por el órgano vomeronasal situado en la nariz.
El resultado es que te sientes genial, desprendes calidez y atractivo a tu cita, además de deseo profundo, lo cual encaminará tu cita por los objetivos que inicialmente eran los previstos, una azotaina erótica, y quizás algo de sexo después, al revés no funciona ;).
Llega el momento de girar la llave, y piensas, que no hay nada como "el primer beso" antes de "el primer azote"
