Fruto de una nueva colaboración con Fer, surge esta doble publicación, que tendrá su continuación en días venideros.
Vuelvo a encontrarme frente al teclado para escribir un artículo sobre azotes, después de no sé cuantos meses. En cualquier caso mucho tiempo. Me pongo el traje de escritor y lo hago de nuevo en el mejor de los escenarios. Siempre es un placer poder escribir en el Sancta Sanctorum de los blogs de spanking en español, por lo cual, no sólo no es tarea lo que se me presenta sino mas bien deleite.
Selena Gomez |
El pensamiento es voluble y cuando el otro día me ofrecí a redactar una crítica sobre 50 sombras de Grey, mi anhelo de pluma era guiado por la ilusión: en sus albores Cincuenta sombras me estaba pareciendo entretenida y a la altura narrativa de cualquier best-seller actual. Resalto este último detalle porque salvo en los clásicos del género, es difícil encontrar no ya buena prosa, sino siquiera algo decente y ligeramente entretenido. Hasta aquí la generosidad de mis palabras para con E.L. James. No quiero parecer un pedante, y todos sabemos, que cuando uno se adentra en una novela erótica no espera prosa exquisita de Vargas-Llosa, diálogos oníricos de García Márquez o intrincadas historias de novela negra americana. Aunque eso sí, existen unos mínimos que cumplir. En ese aspecto la novela no defrauda. Lectura rápida, nada de consultas al diccionario y sencillez tanto en los diálogos como la trama y la empalagosa historia de amor. Ligera pero amena. Quizás E.L. James sea a la novela erótica lo queTom Clancy al género bélico. Yo me quedo sin ser muy fan, con Anne Rice. Quizás esperamos demasiado, puede ser.
Pecan la mayoría de las novelas eróticas del mismo defecto, la poca credibilidad y la notable distancia entre el escritor y lo escrito. Si para escribir una novela histórica el escritor se documenta y adentra en lo más profundo del periodo histórico a reflejar con la esperanza de no caer en anacronismos, ¿no debieran los erotómanos hacer lo propio? Parece ser que para corromper el género erótico basta con sentarse un rato delante del ordenador, coger algunos clichés de aquí y de allá, mezclarlo de la forma que sólo una persona vainilla podría hacerlo y dejarlo caer delante de algún editor ávido de best-sellers con los que hacer acopio de pingües beneficios.
Ya debía haber sospechado leyendo las críticas de la contraportada:
"Los juegos sexuales de un multimillonario tienen a las mujeres de Nueva York leyendo como nunca lo habían hecho antes. Cincuenta Sombras, una trilogía que rápidamente se ha convertido en un éxito entre las mujeres de Manhattan" New York Post. Si al menos ha servido para que más gente se acerque a la lectura, su existencia no es vacía, pero de ahí a que una novela sobre BDSM encante a las mujeres de Manhattan media un abismo o una mentira. En este caso mentira, ésta es una novela que te decepcionará si esperas algo de ella en el plano de lo sadomasoquista.
"La exitosa combinación de historia romántica y juego erótico de alto voltaje que ha tocado la fibra de muchas mujeres" Daily News. Más de lo mismo queridos amigos, Cincuenta sombras es una fusión entre una novela de Rosamund Pilcher y una película porno de Nacho Vidal novelada. No digo más y lo digo todo.
"Leer este libro hace que te sientas sexy otra vez. Una novela que está avivando el fuego de muchos matrimonios" Divamoms.com O nos tomamos por "raros" o de repente medio mundo se ha destapado seguidor de la doctrina del Marqués de la noche a la mañana, agazapados a la espera del alumbramiento de Cincuenta sombras. Resultaba evidente la decepción que me esperaba. Quien mucho abarca poco aprieta.
"La novela erótica que ha revolucionado a las mujeres de EEUU" The New York Times. Vuelvo a incidir en que tanto éxito sólo puede existir en un producto de masas. Nosotros no somos demasiados por desgracia, así que probablemente debía haber usado el raciocinio para darme cuenta de que ésta sería otra novela erótica más.
Cómo dirían mis amigos transalpinos, al menos querría sentir un "brivido" de tanto en tanto. Lo que prometía ser una novela erótica de tendencias sadomasoquistas en las primeras 100 páginas ha devenido en novelucha romántica de tres al cuarto en la recta final. Uno de esos cuentos de Disney en los que la princesa desvalida encuentra al joven y apuesto caballero, rico, deslumbrante, hercúleo... Dos escenas de azotes, una de ellas lamentable, todo sea dicho; y sexo, sexo como el de las películas pornográficas, ni mejor ni peor aunque sin faciales.
Como no quiero destrozaros la lectura ni llenaros más aún de prejuicios os dejo que juzguéis vosotros mismos, aunque si Fer me lo permite quisiera hacer una segunda crítica más detallada de la novela y centrarme en los detalles concretos que me han provocado indigestión de verbo. Podría ser publicada con la advertencia de que su lectura desvelaría importantes detalles de la trama.
Sin más me despido, no sin antes emplazaros a un próximo encuentro, más detallado y profundo que este esbozo de crítica que os presento.