Es el momento de regresar a uno de los emblemas de este blog y que desde hace tiempo había sido abandonado en pos de otros estilos, el ensayo.
Esta mañana se me ha ocurrido pensar en lo extraña que es la naturaleza mientras hacía un super-sudoku de esos que traen los dominicales. Me faltaba ese número clave que culmina el arduo trabajo y el embotamiento acompañado de una cierta resaca de la noche del sábado no me estaba facilitando las cosas. Ensimismado y atascado en mi problema numérico, he fijado la vista en el lápiz que sostenía entre las manos.
He recordado mis clases de geología y materiales, y mi mente ha rescatado un concepto escondido pero no olvidado: la alotropía. El alotropismo es en esencia las diferentes formas de un mismo elemento en el cuál los enlaces
El carbono puede adoptar la forma convencional a Temperatura y presión ambientales, grafito, o bajo ciertas condiciones especiales de presión puede estar en forma de diamante. Otro caso importante es el hierro que presenta diferentes ordenaciones, y que permiten que se pueda insertar carbono en sus huecos a alta temperatura (hierro gamma), reordenandose la estructura al enfriarse dando lugar al hierro alfa (el que existe a T ambiente).
Bueno dada esta pequeña introducción que espero no os haya aburrido en demasía, me gustaría referir el tema que nos ocupa a las personas, o mas bien en este caso a un grupo peculiar de personas: los spankos o amantes de los azotes.
Todos los seres humanos estamos formados por los mismos elementos, salvo pequeñas diferencias provenientes de la alimentación en un momento concreto, que nos pueden llevar a tener mas o menos cantidad de un elemento, pero que no representan algo importante respecto al conjunto de nuestra masa total.
O sea, que en definitiva podría decirse que los humanos somos formas alotrópicas, mismos elementos y distintas conformaciones. No solo exteriores, sino también interiores, cada uno articulamos nuestro cerebro de una forma particular y "esencialmente distinta a la de los demás". Es aquí dónde la naturaleza expone sus caprichos y permite que algunos de nosotros desarrollemos en nuestro cerebro la fascinación por los azotes, mientras que otros no ven mas que dolor en un azote, nosotros observamos cariño, erotismo, placer y ternura. Una muy diferente visión en suma de los acontecimientos que nos atañen.
Rizando el rizo, cada spanko, dentro de su morfología común reacciona de distinta forma ante los azotes. Cada uno tenemos unas posiciones preferidas para adoptar y observar, es el alotropismo spanko.
Unos amamos el OTK (sobre las rodillas), o como dirían los franceses "sur les genoux" (me encanta esa frase).
A otros nos gusta sobre la mesa
Con las piernas levantadas
Tumbados
De pie
Manos en las rodillas
A cuatro patas
Cabalgando
De rodillas en la silla
Con las rodillas en el taburete y las manos en el suelo
Manos a los tobillos
Manos por detrás de las rodillas ( en las corvas)
Manos sobre mueble
Hay diferentes formas de saborear el rincón
Y siempre que no hayas quedado satisfecha puedes levantar la mano y pedir lo que quieras