Sueños de un Seductor

En primer lugar y antes de dar paso al artículo propiamente dicho, quiero hacer un par de aclaraciones para que no haya malentendidos ;). El contenido de este artículo hay que tomarlo como una película de Woody Allen, son certezas e incertidumbres revestidas en clave de humor. Finalmente no soy un seductor al uso, nunca lo he sido, así que no consideréis que esto es el manual de un sobrado que airea sus técnicas amatorias y de conquista.

¿alguno reconocéis a esta chica?
Esperando a mi profesor sentado en uno de los bancos en frente de la puerta de clase, me encuentro preguntándome cual sería la manera mas eficaz para identificar a una spankee a través de su mirada.
Es un complejo y delicado trabajo y creo que la mayoría de mis elucubraciones me llevarían a senderos yermos. ¿Y si no se trata de identificar y es cuestión de seducir?
Es decir, del poder de la palabra y de la retórica, del profundo manejo del lenguaje hablado y corporal. Una mezcla que en las adecuadas proporciones puede asemejarse a la fórmula alquímica

La seducción no es una de mis mayores habilidades, podría decirse que no tengo una increíble capacidad de seducción. No soy bueno en el flirteo, pero creo que dispongo de otras habilidades que me han permitido mantenerme en la brecha. Entre ellas se encuentra un vasto conocimiento de una gran cantidad de datos que a primera vista podrán ser considerados como estúpidos.
No importa si ella es egiptóloga, historiadora, músico, química o médica, hay que darles palique, y eso implica además que si es sobre un tema en el que ellas sean duchas, pues mucho mejor, ¡ya han caído en tu red!. Me gusta aprender y tengo buena memoria, pero colegas, la base del éxito reside en no mostrar vuestros puntos débiles. Por ejemplo, pongamos que una noche de diversión conocemos a una estupenda sudafricana, no hay mas que decirle unas cuantas cosas sobre su país, y al menos tendremos la oportunidad de salir a la cancha a jugar. No hay que ser un experto, pero quien no conoce a Nelson Mandela (¡ojo!, no hay que hacer comentarios políticos, nunca se sabe que nos pueden deparar), los Springbooks (equipo nacional de rugby), Ciudad del Cabo, Johanesburgo o las minas de diamantes... por citar algunos ejemplos. Si piensas sobre algo, quizás no siempre pero si frecuentemente descubrirás que sabes mas de lo que en realidad crees saber.
Otro punto que no falla es tratar de ser amable, pero no un pesado. La gente tiene una frontera delimitadora de su espacio físico vital que no hemos de traspasar si no nos han invitado a hacerlo. Algunos encontramos apropiado el contacto físico, pero muchos lo consideran bastante desagradable.
Una buena técnica para saber como de grande es el espacio vital de una persona, es la técnica de la plancha. Durante algunos momentos de la conversación podemos iniciar un pequeño contacto físico, tocarle el brazo, por ejemplo, siempre mirando a los ojos pero sin resultar demasiado atrevido. Sus reacciones nos dirán si podemos establecer posteriormente mas contacto, o si por el contrario hemos de ir mas despacio en esta cuestión.
Ser agradable es siempre un punto a tu favor, unido por supuesto, a que no te vean cara de no haberte comido una rosca en varios meses,¡IMPORTANTÍSIMO EVITARLO! No hay nada que baje mas la líbido que leer la desesperación en la mirada del seductor. Un seductor es agradable, simpático, firme y hace de la seducción un arte.
En tu primera cita, no importa si es con alguien a quien le guste lo vainilla o unos sonoros azotes, tienes por delante una guerra que ganar, pero esta no se desarrolla con armas convencionales, las tuyas han de ser tu cerebro y el encanto que seas capaz de transmitir. Mas allá si tu cita pretende recostar a una chica sobre tu regazo, debes ser un caballero, pero sin pasarte de pesado, que si no ella no te verá como aquel estricto hombre que la va a azotar.
No es fácil seducir a una mujer, y si además quieres atraerla hacia el spanking, y ella es neófita, debes mostrarte seguro y firme. Vacilar equivale a mostrar debilidad, la debilidad engendra dudas, y las dudas destruyen el clímax.
Los minutos decisivos: un deportista de élite siempre suele decir que lo más difícil es cerrar un partido, la presión del éxito nos puede llevar a tirar por la borda todos los logros que hemos ido estableciendo a lo largo del cortejo. Si crees que ha llegado el momento de culminar la victoria, acércate despacio pero seguro de ti mismo hacia ella, y haz como que le vas a decir algo al oído, pero antes roza su cuello: es infalible. Si te atreves, dile que te gustaría darle un azotito, dibuja una sonrísa pícara, y cruza los dedos... Quizás hayas triunfado