viernes, 4 de mayo de 2007

"Eppur si muove"

Roma, 12 de Abril de 1.633
Galileo Galilei es interrogado sobre sus escritos en el tribunal de la Inquisición de la Ciudad Pontifícia. Después de verse humillado y admitir que sus escritos eran falsos y carentes de verdad, Galileo acaba condenado el resto de sus días a arresto domiciliario, y sus libros considerados como prohibidos. Dice la leyenda que al salir del cuarto de interrogatorios afirmó "Eppur si muove", y sin embargo se mueve...
La terquedad de Galileo, se asemeja en cierto modo a la de las spankees rebeldes, aceptan su castigo, se plantan en las rodillas de su spanker, deslizan o dejan que deslicen sus bragas y se enfrentan a los azotes entre una mezcla de temor, expectación y deseo. Algunas tras la sesión son incapaces de admitir los motivos que les han llevado a las rodillas del verdugo, y regresan de nuevo con altanería a por otra ración.
En definitiva los motivos de Galileo y estas spankees son los mismos, saben que por unas normas prefijadas merecen el castigo, pero su interior les lleva a rebelarse contra lo que consideran una injusticia, salvo una salvedad: a ellas les gustan las nalgadas, y al pobre Galileo no le hizo ninguna gracia la condena.
El porqué de la rebeldía spankee daría para varios artículos muy extensos y puesto que yo no estoy inmerso en su actividad cerebral no me atrevo a dar una explicación sin que luego me reprendan con justicia. Ya se sabe que los spankers andamos un poco mas cortos de expresividad y de sentimientos, o al menos, eso es lo que se cuenta en los mentideros spankeriles. No creo yo que esto sea cierto, pero lo que si debo decir en justicia es que la mayoría de las ocasiones no tenemos la capacidad de empatizar con ellas.
Ante nosotros solo vemos a una chica rebelde, descarada o traviesa que no se ha comportado de la forma adecuada, así que recibe su merecida azotaina.
A veces los motivos para esta zurra no son verdaderamente reales, nos dejamos llevar por la pasión del juego, el calor de sus nalgas, su irresistible fuerza y presencia, y ese arrebato que nos toma desde muy adentro y que nos llama a azotar sus nalgas.
Creo que en el fondo todos los spankers llevamos en nuestro interior un pequeño verdugo ejecutor, que representa lo mas rancio de nuestro arraigo cultural. Pero que sería del juego sin unos verdugos dispuestos a interpretar la justicia sui generis, y de unas víctimas que solo rechistan para recibir su castigo e interpelan para obtener mas... la diversión se acabaría.
No se si una explicación antropológica de nuestra actividad sexual a través de los azotes es acertada, pero al menos abre varias cuestiones interesantes
Es una fuerza muy poderosa la atracción de la spankee sobre su spanker, ella lleva el tempo del juego, si quiere azotes no tiene mas que comportarse como una malcriada, contonearse a nuestro alrededor, provocarnos. Y aquí es donde verdaderamente empieza el juego, y no me refiero en este caso a los azotes, si no al juego psicológico. El spanker cree haber tomado su posición de verdugo y de castigar, pero realmente las feromonas del spank le han nublado la visión pues no es mas que un cazador cazado. Se ha dejado embaucar en un juego en el que piensa que es la parte dominadora, el hombre recto y estricto, sin darse cuenta que quien tiene en sus rodillas es la parte que corta el bakalao. Ella ha provocado el juego, ella ha obtenido lo que buscaba, ha logrado ser regañada como quiere y su supuesta rebeldía no es mas que una deliciosa treta para recibir otro poquito más.
Pensamos a menudo que por ser los encargados de azotar, somos los reyes del mambo, pero la realidad es bien distinta, y es la parte que recibe el castigo la que verdaderamente es la Reina de Saba, en definitiva, no somos mas que la prolongación del instrumento que utilizamos...
Supongo que en las relaciones de sumisión esta idea es totalmente incorrecta, pero yo no hablo de sumisión sino de spank

Link to english version

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El deporte favorito de la spanker es llevar a su spanker contra las cuerdas y luego intentar zafarse justo hasta donde quiera ser castigada. Pero hay veces que se convierte en deporte de riesgo, que no eres capaz de controlarlo todo, que se desbocan algunos caballos y deseas no haber empezado esa provocación, pero ...... ¡como se disfruta! jejejejjeje

Anónimo dijo...

Me parece, querido amigo Cometospk que en este artículo se capta una de las estructuras psicológicas más importantes de este juego. Es cierto que las apariencias, una vez más, enganñan. La voz cantante la lleva siempre la spankee. Estoy convencido de ello.

Cometospk dijo...

Claro que se disfruta H, tanto la spankee como el spanker. He de decir que la mayoría sois bastantes buenas en ese deporte de la provocación, jajaja.
Fer coincido contigo, la spankee lleva la voz cantante. Es un placer que me comentes con ese gran estilo.

Anónimo dijo...

Sólo puedo decirte que plasmas muy bien cómo somos las spankees rebeldes, cuando lo somos, claro ;) Y que estoy totalmente de acuerdo contigo, que la parte spankee es la que lleva las riendas y tiende a buscar más por mera provocación, pero de acuerdo con H: a veces eso es un deporte de riesgo y quien busca encuentra mucho más de lo que esperaba y "sufre" un poco.

Anónimo dijo...

Y lo bien que hablas, por fin son capaces de reconocer nuestros valores, jajajajaja aunque como dicen las chicas a veces se nos van de las manos y recibimos mas de lo que queremos, asi que no siempre somos las reinas de Saba, pero eso tambien nos gusta,jajajaja

Cometospk dijo...

Cruz, por pedir que no quede, y ya se sabe que si quieres algo tendrás doble ración. Me gusta que tu tb pienses que llevais las riendas.
Xana, desde luego que sois las reinas, sois el pilar central del juego, y la niña mimada, aunque también la malcriada, jajaja.
Un beso a todas